Como hemos visto en el anterior post China se considera uno
de los lugares más contaminados del mundo. Además de la industria pesada, el
otro gran responsable de la mala calidad del aire que respiran los chinos es el
transporte.
Pekín es una ciudad con con 22 millones de habitantes y
cinco millones de vehículos. A principios de enero, en la autopista la
autopista G4 que une Pekín y Hong Kong sufrió un enorme atasco por la operación
salida de las vacaciones de fin de año. Cientos de coches se amontonaban en los
50 carriles que conforman la carretera durante más de tres horas intentando
atravesar el peaje.
A continuación podemos ver un vídeo grabado por un dron:
Pese a su magnitud, este atasco no ha sido de los peores que
se registran en China. En ocasiones anteriores los vehículos han llegado a
estar detenidos durante más de una semana.
Hace unos meses surgió una idea de construir una especie de autobús
que circulará por encima del tráfico para tratar de acabar con los atascos y
contribuir con la movilidad sostenible.
El proyecto consiste en un gigantesco autobús con forma de
túnel, que mide 22 metros de largo, 4,8 de alto, 7,8 de anchura suficiente para
circular sobre dos carriles a la vez y que un automóvil pueda adelantar a otro
debajo de éste.
El primer TEB por ahora sólo ha sido puesto en marcha por un
recorrido experimental de apenas 300 metros, pero sus desarrolladores confían
en poder perfeccionarlo para que en el futuro pueda formar parte de redes de
transporte público urbano, con autobuses capaces de transportar hasta 1.200
pasajeros.
Aunque hace unos días en El País se publicó la noticia de que el
proyecto chino del autobús ha quedado paralizado debido a que la empresa china
Tebtech, encargada de construir el autobús, se ha quedado sin fondos, según ha relatado uno de sus empleados en declaraciones a CNN.
Fuente: El País
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